Mucho se ha escrito estos días sobre la propuesta de liberalizar los horarios del comercio madrileño. Algunos vaticinan un aumento del consumo, otros, el cierre en masa de los pequeños negocios que no podrán costear el aumento de personal para abrir más horas.
Personalmente creo que el consumidor no gastará más, pero sí tendrá la opción de realizar sus compras cuando le resulte más conveniente. Y esto será diferente para cada uno según su estilo de vida, sus gustos, sus horarios... ¿Conocemos lo suficiente a nuestros clientes? ¿Sabemos qué esperan de nosotros y cuándo?
Estoy de acuerdo en que más horas de apertura implicará, en la mayoría de los casos, un incremento en los gastos superior al de los ingresos. Muy probablemente, la solución no sea abrir más horas sino flexibilizar los horarios actuales. Es posible que nuestro público objetivo nunca venga a comprar por las mañanas o que no nos visite los lunes... Quizá una buena gestión de nuestro negocio pase por cerrar lunes y martes o por abrir solo por las tardes.
La libertad nos obliga a escoger. Y para escoger bien es conveniente conocer en profundidad a nuestros clientes, comprender sus necesidades y comprometernos con ellos. Sin duda, es más trabajo, nos obliga a profesionalizarnos, a ser mejores día a día como medio de salir adelante.
Aquellos que sean capaces de adaptarse a los cambios y reinventarse saldrán reforzados y ganarán los clientes que probablemente pierdan los que opten por aferrarse a un modelo rígido y obsoleto que no da respuesta a las necesidades del consumidor actual.